El declive de los dioses

Pobres de aquellos que piensan
que la vida acaba después del protocolo
Y que todo acto
es objeto de mesura
de cuidado y limar lenguas
cargadas de verdad insuperable
Pobres insultos de naturaleza robótica
sin carcajadas a destiempo
ni besos locos
ahogando los gritos que sanan el alma
porque la gente mira
los vecinos duermen
las paredes hablan
Yo no pasaré por el aro
de hacerme mayor de esa manera
Podría. Yo podría
ser la mentira de mí misma
los días que me apetece caer bien
pero decidme qué sería
de las sonrisas engañadas
por esos ojos que no son míos
por esa boca que no me pertenece
palabras extrañas que nunca diría
Podría, sí. Podría
la impersonalidad más sucia
dirigir mis pasos ciegos
convertirme en el fraude que sienta bien
por si acaso consta en acta
inventarme un festival de patrañas
construir cuentos con final
y no el fin de mi propia historia
¿Podría?¿Yo?¿Lo haría?
Nunca pasaré por el aro
de hacerme mayor de esa manera
Pasarán los años y conservaré
todas mis verdades
carcajadas a destiempo
besos locos
y los gritos, todos.

y me los tatuaré en lo más profundo
para que las generaciones venideras
no pasen por vuestro aro
para que no caigan los dioses
en vuestra trampa mortal